Fotografía
Sylvia Plachy
“Me gusta hacer fotos y escribir, me gusta crear libros a partir de las fotos. Es probablemente la cosa que más me gusta”

“Me gusta sacar mis fotos de la calle, de la realidad, de lo
que veo, yendo más allá de lo que está allí, añadiéndole una mirada personal”
Sylvia Plachy es una de las fotógrafas estadounidenses
contemporáneas más destacadas, su primera exposición en España está compuesta
por más de 100 imágenes, donde se incluyen obras nunca publicadas.
La retrospectiva arranca con imágenes del libro Unguided
tour, que recoge las mejores fotografías de Plachy que encabezaron entre 1982 y
1993 el índice del semanario neoyorquino The Village Voice.
Especialmente atentas al movimiento, sus imágenes captan
escenas a medio suceder que crean una tensión misteriosa con la realidad. De
reojo, intenta reflejar esta manera de abordar la fotografía: más que contar
historias permite imaginarlas.
La fotografa representa en sus fotos la realidad cotidiana,
la cual muchas veces se deja pasar de largo. En su exposición Red light (Luz
roja) hace referencia a la industria del sexo, en Self portrait with cows going
home (Autorretrato con vacas yendo a casa) donde representa su tierra natal.
En su segunda vista a España, realizó su exposición Fraile
Beings (Criaturas frágiles) en la Galería Blanca Berlín. El motivo de este
nombre según la autora fue que:
“Se me ocurrió el
título Criaturas frágiles porque pienso en los animales, así como en los niños,
como en seres inocentes, que de alguna manera están en nuestro poder. Por eso,
tenemos que recordar que son criaturas frágiles y que, aunque no completamente,
son iguales que nosotros. Tienen sentimientos y miedos, son capaces de sentir
cariño, tienen su propia vida. Creo que deberíamos ser buenos con ellos”
Going On About Town (Deambulando por la ciudad), la serie
que publicó durante trece semanas de 2005 en The New York Times, reafirma lo
que muchos ya sabían: que Plachy es probablemente la fotógrafa que mejor conoce
los múltiples aspectos de Nueva York, una ciudad a la que llegó procedente de
su Budapest natal –al igual que otros muchos maestros húngaros de la
fotografía– con quince años. A propósito de ella, André Kertész afirmó: Nunca
he visto el momento sentido y atrapado con mayor intimidad y humanidad.
Fotográficamente, es lo máximo.
Fotografías
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